Turismo

Naval se sitúa a los pies de la Sierra de Arbe, en uno de los entornos más bellos del Somontano. El caserío, que se ordena en calles paralelas con grandes desniveles, configura un entorno urbano de los más hermosos y mejor conservados del Somontano. El barrio más emblemático es el más antiguo, el de Cotón, cuyo trazado tiene un particular encanto. Algunas casas vuelan sobre la calle formando pasadizos; sus calles son sinuosas y se van quebrando a cada esquina, lo que le aporta un cierto carácter defensivo y aire medieval. Los aleros casi tocan debido a la angostura de las calles.

Naval creció al abrigo de un castillo del que aún quedan restos junto a la actual Colegiata. Ésta se erigió en honor a Santa María en el siglo XVI en estilo gótico tardío. Ricos hombres del barroco la engrandecieron con nuevas capillas. La villa es conocida sobre todo por su tradición alfarera, de origen medieval y morisco y aún viva. Los mejores lugares para descubrir los secretos del barro son los talleres de los artesanos alfareros y el Centro de la Alfarería. Se llega a él por la calle Obradores, cuyo nombre deriva precisamente de los numerosos talleres de alfarería que en ella había instalados.

Además de la alfarería, fue la sal el producto que tradicionalmente dio trabajo y riqueza a los navalenses. El de La Rolda es uno de los múltiples salinares que se construyeron para explotar los manantiales salinos. En verano, la sal se guardaba en las casetas; en invierno se transportaba al Alfolí o almacén de la sal.

El hermosos paisaje que rodea la villa la convierte en un lugar ideal para practicar el senderismo por caminos balizados tanto de largo recorrido (GR 45) como de pequeño recorrido (PR HU 72) o simplemente pasear hasta las ermitas de Santa Quiteria o Los Dolores. El "Camino de la Sal" recorre un tramo del río Llastre, se adentra en el bosque, pasa por el salinar de la Rolda y regresa a Naval a través de los huertos.

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